
Para consolidar y perpetuar el futuro inicial de la conversión de los indios y hacer arraigar de verdad el cristianísmo en el pa:s, imprescindihle era el cristianizar su familia, úllima célula de la sociedad humana. Y desde luego el propósito tenía que contar mucho con la colaboración de la mujer, sin cuya formación digna y debida, todo esfuerzo a tal efecto quedaría muy inseguro de éxito. De aquí la importancia indiscutible de la educación de mujeres indias, en particular, de niñas, madres de futuras generaciones.
De ella estaban desde un principio muy conscientes los religiosos, e intentaron hacer cuanto les fue posible para atenderla.
Lo que con tal propósito se hizo en los primeros años de la evangelización fue la enseñanza de la doctrina en el patio de la iglesia. En ocasión anterior hemos visto cómo "cada día en amaneciendo se juntan en los patios de las iglesias ... las niñas hijas de macehuales y principales".

A diferencia del caso de niños varones, "las niñas todas, así hijas de mayores corno de menores, indiferentemente se enseñan en la doctrina cristiana por sus corrillos, repartidas por su orden"
También las muchachas mayores se hacían cargo de enseñar a sus compañeras menores. Las educandas seguían esta instrucción de la doctrina en los patios hasta que se casaban.
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